Familias de niños atendidos por programa de reparación participaron en taller sobre maltrato infantil en Bulnes
Con la participación de 30 madres, padres y cuidadores de niños, niñas y adolescentes atendidos en el Programa de Reparación en Maltrato (PRM) Bulnes de Fundación Ciudad del Niño, se realizó el taller “Consecuencias del Maltrato”, una jornada de diálogo y reflexión centrada en comprender los efectos de la violencia en la infancia y fortalecer el rol protector de los adultos responsables.
El taller, donde participaron familias de las comunas de Bulnes y Quillón, se enmarca en el acompañamiento terapéutico integral que realiza el PRM Bulnes, que actualmente atiende a 125 niñas, niños y adolescentes víctimas de maltrato grave o agresiones sexuales. A través de intervenciones psicosociales y jurídicas, los PRM —presentes en distintas regiones del país— buscan interrumpir situaciones de vulneración, garantizar la protección de la niñez afectada y promover la reparación del daño.
En esta oportunidad, la actividad ofreció un espacio de conversación grupal donde los adultos participantes revisaron sus propias experiencias de vida y cómo estas inciden en la forma de ejercer la parentalidad. Guiados por el equipo psicosocial del programa, los asistentes trabajaron en dinámicas que promovieron la toma de conciencia sobre las consecuencias del maltrato y la importancia de construir vínculos respetuosos con sus hijos e hijas.
“Como equipo PRM Ciudad del Niño Bulnes, siempre hemos estado motivados por generar un espacio de trabajo grupal con las familias, buscando generar la reflexión y fortalecer el vínculo entre los adultos y los profesionales tratantes, teniendo siempre nuestro sello institucional como centro de todo proceso. Agradecemos el compromiso a cada una de las familias que participan y hace posible los espacios de intervención, así como al equipo por la motivación en las actividades”, expresó Denisse Ibáñez, directora del PRM Bulnes.
Este tipo de instancias son clave dentro del proceso reparatorio, ya que permiten no solo abordar el impacto del maltrato en el desarrollo emocional y psicológico de los NNA, sino también prevenir nuevas vulneraciones, empoderando a las familias en su rol como agentes activos de cuidado y protección.